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En las 24 horas posteriores al primer debate presidencial, el análisis de las reacciones en redes sociales y medios de comunicación ha ofrecido un panorama diverso y complejo sobre la percepción del público respecto a los candidatos y sus desempeños. Con 17 millones de personas alcanzadas, el post debate generó una rica variedad de discusiones, opiniones, y análisis, sumando a la conversación nacional sobre el futuro político de México.
La actividad en torno a Claudia Sheinbaum Pardo (CSH) fue significativa, con 1.3 millones de publicaciones hechas por 215.3 mil usuarios, alcanzando a 11.7 millones de personas. Una considerable porción de la discusión enfatizó el apoyo a Sheinbaum, con el 34% de las menciones destacando sus propuestas como las mejores del debate y utilizando hashtags como #ClaudiaGanaDebate y #ClaudiaArrasaEnElDebate para afirmar su victoria.
Por otro lado, Xóchitl Gálvez Ruiz (XGR) también capturó la atención de la audiencia, con declaraciones y mensajes que reflejaban tanto apoyo como crítica. El 20% de las menciones respaldaron a Gálvez como la ganadora del debate, mientras que el 17% destacó sus propuestas. A pesar del apoyo, hubo reacciones indicaron que se mostró insegura y nerviosa, lo cual muestra la diversidad de percepciones sobre su desempeño.
Jorge Álvarez Máynez (JAM) tuvo un desempeño que generó reacciones mixtas, con 782.8 mil publicaciones de 138.7 mil usuarios, alcanzando a 9.5 millones de personas. El 19% apreció sus declaraciones y preguntas como bien formuladas, resaltando la estrategia del candidato. No obstante, el 36% de las menciones incluyeron memes y burlas, particularmente sobre su uso del lenguaje de señas, lo que refleja una actitud más crítica hacia su participación.
Este análisis post debate ilustra que la principal perdedora fue Xóchitl Gálvez, que no logró capitalizar su oportunidad de reducir la brecha contra Claudia Sheinbaum y sin embargo terminó perdiendo terreno en la preferencia contra ella y contra Jorge Álvarez Máynez, que si capitalizaron la oportunidad.
A medida que la campaña presidencial avanza, estas conversaciones no solo ayudan a perfilar la imagen pública de los candidatos, sino que también juegan un papel crucial en la formación de la opinión pública.